Emprendimiento, camino de éxito abierto a todas las edades
Estudios revelan que más del 50 por ciento de los proyectos innovadores son ejecutados por personas que ya han desarrollado una carrera como empleado y su edad supera los 38 años.
Equivocarse en materia de emprendimiento es más común que alcanzar el éxito. De hecho, las cosas empiezan mal desde el momento en que las personas intentan dar una definición sobre lo que significa la palabra emprendedor. Un diccionario de estudiante de bachillerato lo explica de manera sencilla: persona que inicia una obra o una empresa. No hace mención a ninguna otra característica, lo que indica que el emprendimiento no tiene límites, es decir, que basta con tener una idea productiva y ejecutarla. En consecuencia, está claro que puede haber emprendedores de nacimiento o por formación.
La definición tampoco habla de edad, raza, religión, inclinación política o cualquier otra característica particular.
En un foro reciente realizado en Bogotá, un ejecutivo de 45 años que estaba en el auditorio pidió la palabra e hizo la siguiente pregunta: ¿cuál es la edad ideal para un emprendedor? El conferencista respondió sin titubear: “todas las edades”.
Clara Inés Ortiz, gerente de la firma CUME, sostiene que la palabra ‘emprender’ puede ser asociada a empezar, pero no necesariamente está relacionada con la juventud. “Cuando uno desarrolla una idea, lo importante es contar con los recursos mentales adecuados para materializarla. En los últimos 4 años, el país ha ocupado lugares destacados en el ranking de emprendimiento de acuerdo con el estudio que realiza Global Entrepreneurship Monitor”.
El mismo informe señala que “lo interesante de esto, es que más del 50 por ciento de estos emprendimientos se dan en personas que ya han desarrollado una carrera como empleados y su edad supera los 38 años de edad. Por lo tanto, la mentalidad y lo que cada persona crea de sí mismo que dicho de paso se puede mejorar con Programación neurolingüística (PNL) supera, sin duda alguna a la edad en términos de emprendimiento.
Andrés Saray, socio consultor financiero de la firma We Have a Plan (Whap), sostiene que, si bien es cierto que tradicionalmente se tiene la concepción del emprendedor como una persona joven, arriesgada, con ideas innovadoras y sin restricciones de tiempo, “hemos observado desde nuestro campo que el emprendimiento es generado por personas que se encuentran en otras etapas de la vida. De igual manera, aunque es ampliamente reconocida la figura del emprendedor como un solitario con voluntad de seguir sus proyectos y metas, la realidad es que las organizaciones y las sociedades son motores fundamentales del emprendimiento y cuna de la innovación”.
Para Carlos López, socio consultor jurídico de Whap, es claro que esta concepción, en la cual los emprendedores deben ser jóvenes genios con ideas brillantes que cambian los paradigmas del mercado, ha sido ampliamente difundida y aceptada gracias a notorios casos de éxito de compañías tales como Apple, Google o Facebook.
“Estos casos dan la sensación de que para ser un emprendedor exitoso se tuvo que haber tenido planteado y haber puesto en marcha el modelo de negocios antes de los 25 años. No se debe caer en el error de creer que para ser emprendedor se debe cumplir una formula única basada en la juventud y la genialidad. Existen muchas combinaciones de factores y casos igualmente notorios de emprendimientos exitosos impulsados por personas que podrían ser consideradas de edad más avanzada”.
EL DINERO, CLAVE PERO NO DECISIVO
¿Cómo hacer para que una buena idea no muera por la falta de dinero?
Andrés Saray, socio consultor financiero de Whap, sostiene que más allá del dinero y de una buena estructuración financiera son claves otros aspectos como un entendimiento claro de los requerimientos legales y procedimentales a la hora de crear empresa y una forma adecuada de recaudar los recursos necesarios para el inicio de la operación.
“En este último aspecto, es necesario hacer énfasis en que no es necesario hacer una afectación del patrimonio personal o familiar, puesto que existen alternativas diferentes para la consecución del capital, entre ellas siempre está la opción de acceder a programas que impulsen el emprendimiento, acudir a los diferentes programas gubernamentales de desarrollo, realizar créditos, acceder a redes de capital de riesgo y acudir a ángeles inversionistas.
Clara Inés Ortiz, gerente de CUME, dice que lo primero que hay que tener en cuenta es que ninguna empresa generará resultados importantes antes de cinco años.
“Yo fui gerente de muchas entidades del sector bancario y de seguros. La decisión de formar mi empresa la tomé entendiendo el riesgo que eso producía, pero pensando en la satisfacción que tendría no solo yo sino muchas personas a mi alrededor. El dinero es un factor importante, pero no determinante para lanzarse a emprender”.
Agrega que por encima de la capacidad financiera está la decisión, el entusiasmo y la preparación. “Muchas personas tienen el dinero, pero no la preparación mental.
“En mi caso, la empresa lleva más de 8 años en el mercado, somos un equipo de gente comprometida y muchos clientes satisfechos con lo que hacemos en términos de entrenamiento personal y corporativo con programación neurolingüística y coaching.
Asociarse puede ser otro mecanismo de financiación y que en la mayoría de los casos dicho camino conlleva a que el resultado final sea más que la suma de sus partes.
Cuando se acude a financiación es necesario perder el miedo al desconocimiento en aspectos de administración de empresas y en temas jurídicos y procedimentales, puesto que en el ecosistema de emprendimiento colombiano existen diversos centros de ayuda al emprendedor, centros de mentoría y, de igual forma, existe la posibilidad de acudir a organizaciones que brindan orientación.
EXPERIMENTADOS Y PRIMÍPAROS: PROS Y CONTRAS
“Las personas de más de 50 años cuentan con significativas ventajas frente a los jóvenes, pues normalmente gozan de una red de contactos amplia, una ética profesional desarrollada, un conocimiento profundo en su campo y habilidades de dirección adquiridas con la experiencia y el paso por grandes organizaciones, factores que juegan un papel importante a la hora de iniciar un Startup», señala Saray. Sin embargo, no hay que desconocer que los jóvenes también tienen fortalezas como emprendedores y que alcanzar el éxito no depende de la edad.