¿Por qué esperar? Emprender no entiende de edades
Emprender joven parece ser un factor atractivo. Pero ¿cuál es la edad correcta? A lo largo de las últimas décadas hemos conocido emprendedores jóvenes y ambiciosos como Steve Jobs con Apple, Mark Zuckerberg con Facebook.
La principal ventaja de un emprendedor joven y recién titulado (licenciado graduado o tras haber finalizado algún postgrado) es su atrevimiento. Tienen una idea, creen en ella y deciden aplicar tanta energía y fe a su proyecto como la que dedican a su tiempo de ocio. No desfallecen ni se rinden ante los inconvenientes. Aguantan hasta altas horas de la madrugada trabajando en su proyecto. En la mayoría de los casos carecen de cargas familiares, y esto les permite dedicar todo su tiempo a potenciar sus proyectos. Además, el emprendedor joven pone en duda muchos prejuicios de la sociedad, y esto les permite encontrar nuevas y desafiantes alternativas, desarrollarlas y creer en ellas sin las limitaciones que una persona de más edad pudiera tener.
A pesar de todo lo anterior, el emprendedor joven carece de una cualidad extraordinaria: su propia experiencia. Característica que, en la mayoría de los casos, evoluciona de forma directamente proporcional a su edad. La experiencia no es algo inalcanzable. De hecho, la adquieres inconscientemente en el día a día laboral. No es fundamental para lograr el éxito en una nueva aventura empresarial, pero si representa un hándicap importante si no posees la necesaria. Las buenas ideas pueden llegar a fracasar si no se sabe cómo desarrollarlas de forma correcta y poder hacer de ellas un negocio rentable.
No hay una regla clara, ya que la experiencia no sólo depende del tiempo sino también de la calidad y del nivel del trabajo realizado. Pero en general, podemos afirmar que después de los treinta años, la mayoría de los emprendedores tienen suficiente experiencia laboral como para que su visión empresarial les permita evitar los errores de amateur más comunes y poder centrar sus esfuerzos en los elementos primordiales del proyecto para alcanzar su desarrollo más efectivo. A lo que también habría que sumarle los beneficios de su red de contactos. La cual se obtiene a través del networking que se ha podido ir elaborando desde sus inicios profesionales.
Adicionalmente, esperar unos pocos años también permitirá disponer de unos ahorros suficientes para poder invertir en la puesta en marcha del propio negocio, y poseer los necesarios conocimientos para buscar y obtener financiación externa. Siempre será mucho más fácil encontrar nuevos inversores cuando la viabilidad de un proyecto está respaldada con los ahorros del promotor.
¡No hay edad para emprender…
Siempre es buen momento para emprender. No importan crisis ni tiempos de bonanza económica.. Tampoco importa la edad del emprendedor. Cualquier edad es buena para emprender. Emprender es arriesgarse. Luchar contra las dificultades para construir un proyecto. Centrarte en tu proyecto y creer en su viabilidad empresarial. Tener esa forma de pensar sin importar si tienes 20 ó 60 años.
… pero si existe una relación entre éxito y edad!
Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que existe una relación entre la edad de los emprendedores y las posibilidades de su éxito empresarial. El Founder Institute, red global de startups y mentores para apoyar a emprendedores en el lanzamiento de compañías tecnológicas, ha realizado un estudio, publicado el pasado 23 de enero, sobre la evolución de los progresos profesionales de un panel de emprendedores de distintas edades. Y llegó a la conclusión de que a mayor edad, mayor era la probabilidad de éxito hasta los 40 años. Después, la edad ya no era un factor relevante en el éxito de la compañía.
No quiero dar la impresión de que un emprendedor joven no pueda tener éxito. Pero la iniciativa, la creatividad y el empuje de los emprendedores jóvenes se verán enriquecidos con la experiencia de personas con mayor experiencia. Esta simbiosis, entre juventud y experiencia, aumentará sus probabilidades de lograr el éxito. Su combinación puede ser totalmente efectiva y complementaría.
Fuente: http://emprendedores.net.ve